Nada es al azar y las implementaciones tecnológicas no son la excepción. Cuando vemos que la mirada de la industria logística está en mejorar y optimizar su operación, asumiendo el rol clave que hoy tiene para el éxito de una empresa, se vuelve una tendencia mirar las soluciones y equipos tecnológicos como una solución “mágica” a las problemáticas operacionales; lo que es erróneo.
Hoy la industria ofrece un sinfín de soluciones tecnológicas, lo que se vuelve una peligrosa atracción para las empresas que creen que sumar tecnologías es el camino para la optimización, la rentabilidad de la operación o para mejorar el nivel de servicio. Nada garantiza una mejora si no está debidamente estudiado, analizado, diseñado e implementado.
Contar con un plan estratégico que permita vislumbrar el actuar y el desarrollo de la empresa a largo plazo es fundamental. ¿Dónde quiero llegar? y ¿Cómo llegar? son dos de las principales preguntas que deben tener respuestas para avanzar, paso a paso, en este camino.
El concepto de Logística 4.0, asociado a las tecnologías, ha tomado forma este año, tras los efectos de la pandemia, donde automatización, robotización e Inteligencia Artificial resuenan con mayor fuerza en la industria logística.
Las tecnologías son herramientas y cómo tal deben tener un planeamiento, un objetivo y una visión, donde el futuro está en adecuar y diseñar un correcto ecosistema tecnológico que se adecue no sólo a las características logística de la empresas, sino también al trabajo de sus operarios, al tipo de productos, a las características de su distribución, a los tipos de canales de ventas, al nivel de servicio deseado y, sobre todo, a las necesidades de sus clientes.
Para lograr lo anterior es fundamental que cada implementación tecnológica, cada equipo o cada solución que se sume vayan de manera integrada al diseño establecido, para lo que se requiere con fuerza una mirada amplia de integración.
Un proyecto es lo que se debe buscar a nivel de planificación. Las ventajas de mirar estas mejoras-de la mano de soluciones y equipamientos tecnológicos- como un proyecto son amplias, ya que se consideran las herramientas ya existentes y, sobre todo, darle un escalabilidad al proyecto, lo que es fundamental en momentos en que las grandes inversiones se miran con atención.
Los proyectos son escalables, las tecnologías no. Esa frase es importante en momentos en que la incertidumbre y los cambios a nivel de mercado hacen difícil diseñar un proyecto a largo plazo. ‘Un Centro de Distribución para los próximos años’ es complejo de imaginar, por lo que hoy cobra valor la construcción paulatina de estos nuevos modelos operacionales.
Así, un correcto diseño, una mirada de integración, una planificación escalable y de futuro y un análisis complejo y correcto de las necesidades de la compañía asoman como factores de éxito en un proyecto de implementación tecnológica, donde cada etapa: Consultoría, Diseño e Implementación son fundamentales para encontrar finalmente la operación y la tecnología adecuada para dar solución a la problemática de la compañía y responder a las demandas de los clientes.